Juan Fenollar

Juan Fenollar

Hoy en día las empresas, a la hora de contratar personal, no se conforman sólo con seleccionar profesionales que sepan hacer bien un determinado trabajo o que tengan unos conocimientos académicos o técnicos específicos. Muchas empresas se preocupan por contratar profesionales que reúnen un determinado tipo de habilidades o cualidades y cada puesto de trabajo exige una serie de competencias determinadas.

Cada empresa tiene su propio listado de competencias y la evaluación de los comportamientos que se asocian a cada una de éstas. De la misma forma, las competencias varían si la empresa busca candidatos llamados a ocupar un primer empleo (capacidad de aprendizaje, flexibilidad para adaptarse a los cambios, trabajo en equipo, empatía) o bien, si pretende cubrir puestos que requieran experiencia (iniciativa, capacidad de decisión y gestión de equipos de trabajo, creatividad, liderazgo, control de las emociones).

Existen muchas y variadas metodologías para analizar y medir las competencias de los candidatos a ocupar un puesto de trabajo o para promocionar internamente a los empleados de una empresa. Estos sistemas de medición y evaluación buscan información precisa sobre las competencias requeridas para el puesto.

Existe, sin embargo, la posibilidad de que las empresas conozcan las competencias y habilidades naturales de sus candidatos o empleados a través de la interacción de éstos con caballos.

Los equinos permiten, a través de una serie de ejercicios y pruebas específicos que no requieren montar al animal, respuestas inmediatas y directas, sinceras y verdaderas sobre cómo somos y cómo nos relacionamos, comunicamos y generamos confianza en los demás. Los caballos no juzgan, simplemente reaccionan de forma natural y honesta, y ponen a prueba nuestras competencias de liderazgo, coherencia, empatía, seguridad y claridad de intención.

Con esta metodología, a partir de las respuestas de los caballos,  la empresa puede detectar y destapar, de entre sus empleados, a líderes que hasta el momento estaban ocupando puestos sin ningún tipo de responsabilidad y que, con la debida formación y preparación, están llamados a ejercer un liderazgo eficaz. De la misma manera, se corre el peligro de poner en evidencia a mandos de la empresa que no consiguen una respuesta adecuada por parte de los caballos, pero que, siguiendo un plan de acción para que trabajen aquellas competencias que necesiten mejora, pueden ejercer un liderazgo verdadero y eficaz.

Podemos concluir que esta herramienta puede ser un complemento a los tradicionales sistemas de evaluación que permitan acelerar y definir con mayor precisión las competencias de futuros empleados o de aquellos en proceso de promoción interna.

(Juan Fenollar  es Coach profesional y trabaja en Exthende Human Capital, SL, Valencia, España. Puede contactarle desde autores@tisoc.com).

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