Por Pedro Palao Pons, Master Coach TISOC

Adiós a la playa, a los paseos por el monte, a la siesta, a las reuniones de amigos, a las barbacoas, a trasnochar, a esas calorías de más, a no tener horarios, a no pensar en lo que nos incomoda… ¿Adiós? ¿Dónde está escrito que el final de las vacaciones sea el inicio de una condena?

Adiós con el corazón… Ni cualquier tiempo pasado fue mejor ni lo hecho en vacaciones una quimera de futuro. Si enfrentamos el día a día cotidiano pensado “qué bien estaba en aquella terracita”, ocupamos la mente con “basura” de algo que no podemos cambiar: el pasado. Solución: Programar y pensar en positivo, sabiendo que el ritmo será otro, nuestra agenda de futuro y ocio a corto y medio plazo. Todas las semanas tienen 7 días para disfrutar de momentos especiales encuentra los tuyos.

Reloj no marques las horas… Es cierto debes cambiar el horario, pero ¿acaso el día tendrá menos de 24 horas? La percepción del tiempo por nuestro cerebro depende de la actitud y la actividad. Sí, debemos levantarnos más pronto, pero somos libres de decir “odio el despertador” -actitud negativa- o “tengo por delante un día lleno de oportunidades”. Solución: Ajusta tu vida a los nuevos ritmos pero regálate todos los días un “tiempo personal”. Tú escoges si son 60 minutos o cuatro cuartos de hora, pero son tuyos, para ti: para tus guasaps, tus paseos, tu música. Es tiempo único, personal e intransferible para desconectar.

Te concedo tres deseos… El genio de la lámpara te habló en vacaciones, sí lo hizo cuando decidiste ponerte a dieta en septiembre, ir al gimnasio, aprender un nuevo idioma, hacer una vida más sana… El ocio y la desconexión te hizo sentir bien y desde “la euforia vacacional” forjaste tus metas para el nuevo curso, pero olvidaste un pequeño detalle. La realidad, el día a día y las obligaciones… Una meta o deseo con visos de cumplirse debe ser:

  1. Específica: Y los más concreta posible. “Quiero adelgazar 3 kilos en dos meses” es más concreto que “quiero perder peso antes de Navidad”.
  2. Medible: Se deben poder cuantificar los avances: Del peso perdido, de las palabras y verbos aprendidos estudiando otro idioma, de la firmeza del cuerpo tras días de gimnasio… Medir nos da fuerza para seguir adelante.
  3. Realista: Es cierto que cada cual se pone los límites y que a veces nos ponemos más de la cuenta pero… ¿aprender 3 idiomas en tres meses? ¿Adelgazar de inmediato sin dejar de comer a diario las hamburguesas con patatas y salsas multicolores?

Solución: Forja deseos y metas que tengan, como decimos en Coaching, un para qué. Si hay motivo hay meta, de lo contrario, puede ser un brindis al sol. Antes de pedir un deseo para el nuevo curso pregúntate qué beneficios te aportará, cómo se sentirás cuando lo logres, cuánto esfuerzo y dedicación estás dispuesto a invertir y lo más importante: cómo te sentirás si no lo consigues y si para alcanzarla está siendo realista.

¡La vida es bella!… Volver a la rutina no siempre es fácil, pero pueden ayudar cosas como estas:

Regulariza tu horario cuanto antes, asumiendo -sin prejuzgar- que entras en una nueva etapa de tu vida.

Rompe las rutinas que puedas. Pequeños gestos pueden cambiar el mundo. Sin caer en el caos, anota todo lo que haces “siempre” y establece cambios. Si siempre haces lo mismo, siempre obtendrás idénticos resultados.

Sonríe, es gratis y reconfortante, genera endorfinas positivas. Di las cosas con una sonrisa, incluso cuando hables por teléfono, fluirás de otra manera.

Planifica el futuro laboral o cotidiano con gratificaciones personales a corto plazo por lograr tus objetivos. Cambia el concepto obligación/castigo por responsabilidad/premio.

Piensa en corto: en vez de soñar con el próximo verano hazlo con el próximo fin de semana. La meta corta estimula la larga o muy larga, incomoda.

Fluye y no pierdas la oportunidad que te da la frescura de alterar la agenda manteniendo un cierto orden. Eres dueño de tu tiempo, no esclavo de él.

Acumula granos de arena en vez de piedras: Presta atención a los pequeños detalles y oportunidades que te da la vida y las personas que te rodean. En vez de pasar los días aguardando “cosas grandes”, disfruta de las pequeñas. Siempre hay tiempo para un café, un paseo, una visita agradable, para un libro…

Good News!! Siempre hay una buena noticia, siempre hay un buen momento a recordar y un vaso medio lleno. Esfuérzate por encontrar la tuya día a día.

Que tengas un feliz día, salvo que tengas otros planes.

​Por: Pedro Palao Pons – Master Coach TISOC​

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