Por José Luís Fuentes

En medio de tu océano vital se encuentran tus aciertos, tus errores, tus aprendizajes y el estimulo de tu memoria emocional; somos producto de nuestra propia leyenda, la que vamos forjando día  a día comprendiendo que somos parte de un planeta que sostiene nuestras ideas. Hoy en día, en los comienzos de este nuevo milenio,  nos encontramos con la encrucijada de valores más ambiciosos que el ser humano haya podido alcanzar.: Y debemos Estar dispuesto.

Necesidades fisiológicas, seguridad, pertenencia, reconocimiento, autorrealización….Hemos desarrollado entramados complejos para satisfacer cada una de estas necesidades. Superado el concepto de “bienestar”,  aparece  un nuevo concepto que dificulta la consecución e las necesidades desde  el bienestar: El “egoexito”. El egoexito es la consecución de tus logros sin armonizar con los de los demás.

Vivimos en un planeta sostenible, donde las emociones debes ser también sostenibles…Todo enlaza con todo…Hay una cuerda invisible, metafísica, que une cada uno de los aciertos y  todas nuestras experiencias: sincronía emocional….Es el pulso y el latido de nuestro planeta, alimentado por los estímulos vitales de todos los seres vivos….Entonces… ¿Cómo podemos desear el éxito personal sin pensar en el de los demás?

Durante los seminarios que imparto desarrollamos estrategias personales para trabajar nuestro ego, desde la creencia de que es sano cuidarse y pensar en uno mismo:”Cuídate a ti mismo para poder cuidar a los demás”. Esta es  el ego positivo vinculado a  la alta autoestima. Este ego es sano, útil, vivencial, nos ayuda a fortalecernos y comprender la importancia que tenemos  para nosotros y nuestro entorno.

Ser el centro de nuestro universo es  admirable, pero no lo confundamos con ser “el ombligo del mundo”. Pensar que solo “lo nuestro es importante” y que debemos encontrar solución a nuestro deseos sin escuchar  a nuestros semejantes es practicar una postura antiempatica, nada asertiva e inmadura. Reproducimos de mayores actos infantiles como “lo quiero todo” y “”si no lo tengo, pataleo, pataleo hasta conseguirlo…” Demasiados casos en  mi vida profesional y personal en el que vuelvo a encontrarme con los “niños impertinentes “que no deja de ser una parte de nuestro niño interior.

El egoexito no es sostenible, es destructivo: Tener a toda costa, conseguir para acumular, amasar para regocijarse, implantar para liderar autocráticamente, sabotear por pura envidia, desconfiar por no saber delegar, utilizar la energía negativa para desestabilizar la sinergia de un equipo, actuar desde los roles subversivos por miedo a que nos conozcan nuestra parte oculta,…Y así hasta describir cada una de las posturas reactivas que un adulto puede llevar a cabo en pos de su propio beneficio.

¿Y qué podemos hacer frente al egoexito? Abogar por el éxito compartido….estar dispuesto.

Estar dispuesto a compartir las ideas brillantes para transformarlas en brillantes ideas con luz propia.
Estar dispuesto a elevar nuestro nivel de conciencia para aprender de nuestros  errores asumiéndolos como parte del proceso de aprendizaje.
Estar dispuesto a confiar en los demás dando lo mejor de nosotros sin esperar nada a cambio.
Estar dispuesto a entender las crisis como oportunidades para el cambio y positivar  cada minuto de nuestra vida.
Estar dispuesto a experienciar desde el “aquí y ahora” compartiendo nuestra mesa con aquel que quiera cooperar contigo.
Estar dispuesto a vaciar la mochila de creencias irracionales y a caminar sin miedo, miando al frente y al firmamento.
Estar dispuesto a llevar el timón de nuestra vida moviendo las velas con el poder de nuestras emociones.
Estar dispuesto a valorar  a cada semejante con el que trates  entendiendo su manera de ver el mundo sin filtrarlo por tu propia percepción del tuyo: apertura mental.
Estar dispuesto a sonreír, a disfrutar de cada momento  con  el sentido del ritmo de  tu propio corazón.
Estar dispuesto a facilitar a los demás, entrena tus herramientas para un día compartirla con tus hijos, amigos, compañeros de trabajo. No esperes nada a cambio, la vida te depara una hermosa sorpresa.

Estar dispuesto a dejar un legado a la humanidad basado en el conocimiento que has acumulado a lo largo de los años: los años benefician la sabiduría….usa el lenguaje oral para contar tus experiencias.

¿Estas dispuesto?

Por José Luis Fuentes. Coach personal &Organizacional.

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