Por Aideé Díaz, Master Coach Grado Experto TISOC

¿Te imaginaste alguna vez que el mundo virtual existiría cuando iniciaste tu carrera laboral o negocio?

En mi caso, la sola idea de imaginarlo me entusiasmaba ¡y cada día me sorprendo más de los avances tecnológicos que hacen posible muchos modelos de negocio nuevos o que impulsan a cambiar otros!.

De acuerdo con la Real Academia Española, “Colaborar” es:“Trabajar con otra u otras personas en la realización de una obra”.

¿Cuál es tu definición de colaboración?

En tu empresa seguramente cuentas con colaboradores que comparten su talento para que tu empresa pueda crecer. ¿Cuándo fue la última vez que colaboraron para alcanzar el sueño que te ayudó a formar tu negocio? Piensa en esta frase:

Un sueño que sueñas solo es sólo un sueño. Un sueño que sueñas con alguien es una realidad.
John Lennon (1940-1980), cantante y compositor británico.

Cuando se trata de soñar, empresarios y directivos como tú rara vez se detienen a pensar o rediseñar el sueño inicial, ya que en la realidad viven en un caos operativo. La adrenalina de seguir creciendo en el negocio o la  falta de resultados podría apagarte—aunque también depende de tu personalidad y estilo de liderazgo.

La “cosa” se complica cuando invitas e integras talento para lograr ese sueño anhelado. Para algunos trabajar con el equipo es lo normal: cada quien hace lo que le toca y genera resultados; para otros el simple hecho de organizar o “tener” que recurrir a la gente es todo un tema, un conflicto o un duro dolor de cabeza.

Hablemos de colaboración, ésa que enamora con una idea, que se comparte y que los demás voluntariamente apoyarán y harán crecer.

¿Qué has hecho hoy para que tu equipo se comporte diferente y colabore?

En esta ocasión compartiré contigo 5 ideas clave con recomendaciones simples y poderosas para que mires de manera renovada el concepto de colaboración.

1. Detente ahora, salte de tu oficina y mira.

Observa los roles que se mezclan para lograr que algo sea posible. Toma papel y lápiz y anota los nombres de las personas que cumplan con una o varias de estas características:

  • Creativo: Aporta ideas y soluciones.
  • Operativo: Hace posible llevar la idea a la acción, actúa, implementa.
  • Coordinador: Organiza, planea, mide los recursos.
  • Comunicador: Cuida las formas y medios de comunicar las ideas.
  • Explorador: Investiga en el camino, resuelve mientras explora.

Tú mismo tienes esta mezcla—sino, tu empresa no sería posible, ¿cierto?

Ahora te has dado cuenta que los miraste de manera diferente: buscaste una cualidad en ellos. La próxima vez, ya sabes quién podría ayudarte con un punto de vista. Para que un integrante se sume a colaborar con sus ideas en tu empresa requiere que lo veas más allá de su trabajo.

Lo impresionante ahora es, ¿para qué se unen todos estos roles?

2. Expande tu mirada y cuestiónate

Cuando creaste tu negocio o tu equipo lo hiciste con una sola intención: CRECER.

Todos los seres humanos tenemos un chip en el cerebro que nos impulsa a estar cerca de otros (por eso las ciudades crecen y concentran humanos) porque juntos hacemos más. Colaboramos para bien y para mal. Ese chip son nuestras “neuronas espejo” con las cuales imitamos a otros y empatizamos. Aprende de ellas y pregúntate:

¿Cuál es el siguiente reto de negocio que mi equipo me ayudará a superar?

Muchas de las soluciones que hacen posible tu negocio nacieron de una idea, de alguien que se detuvo a pensar, que expandió su mirada y se hizo la pregunta:

¿Y si…?
¿Cuántos momentos de “¿Y si…?”creas en tu empresa?

3. Conoce tu sistema empresarial.

Piensa e imagina si tu empresa hablara, ¿qué te diría?

Tanto la empresa como la familia son sistemas que funcionan con equilibrios y desequilibrios. La diferencia básica es que pertenecemos a una familia por derecho de nacimiento. En una empresa tus colaboradores pertenecen porque los invitas a sumar su talento a tu sistema empresarial.

Pide o arma el organigrama de tu equipo o empresa. Cambia tu lente, crea un espacio para pensar e imagina que tu empresa es una persona. Cierra los ojos y hazte estas preguntas:

¿Cómo se siente mi empresa? ¿Qué problemas o situaciones se repiten? ¿Qué funciona muy bien? ¿Qué funciona muy mal? ¿Qué le gustaría cambiar?

Para invitar a otros a colaborar en una empresa necesitas conocerla.

4. Conversa y conecta.

Todos tenemos un motivador oculto, aquél que—incluso—es desconocido para ti mismo. Sin embargo, lo que para unos es valioso, para otros no lo es tanto. Cada persona fluye en un elemento diferente, aquél en el cual su talento natural se expresa sin esfuerzo y que le hace sentir satisfacción.

En este punto te doy un ejercicio simple: conversa y conoce el para qué de las personas a tu cargo.

Conversa, conoce y conecta con cada persona, qué les apasiona, qué les motiva…Y, seguro, tu sistema de compensación tendrá una buena actualización.

5. Crea espacios de colaboración.

Actualmente estamos en un mundo hiperconectado, donde los ejemplos de colaboración fluyen por todos lados. Todos invitan a sumar ideas, recursos, soluciones…Sin embargo, para crear espacios de colaboración deben cumplirse ciertas condiciones:

  1. El equipo debe tener pasión por la marca o negocio.
  2. Compromiso por esforzarse más allá de lo requerido.
  3. Disposición para compartir con otro ser humano y aceptar las diferencias.
  4. Tener una misión, visión, valores y filosofía de trabajo comunes.
  5. Romper lo establecido.

¿Cómo lograrlo?

Primero requieres romper tus paradigmas de hacer negocios—y ello, honestamente, toma algo de tiempo.

Modelos como los de Airbnb, Consumo colaborativo.com, Renta de lavadoras en Francia, y Clases personalizadas en conjunto—por citar algunos—requirieron de observar el mundo de manera diferente, vender la idea y conectar personas hablándoles de manera humana con ayuda de tecnología.

La idea es: Sal a la calle y mira las necesidades de las personas, de tus clientes o de tus proveedores. Tal vez en uno de esos paseos y contactos tengas una idea que revolucione tu negocio para invitar a tu equipo  y colaborar.

Colaborar es hacer nacer la idea y crear el espacio de comunicación o plataforma para que el equipo, de manera libre y espontánea, aporte, invierta su tiempo, rompa su estado de confort y coopere con otras personas para materializar esa idea para un bien común. Lo anterior se logrará mediante la creación de redes de colaboración y no meramente con la suma de esfuerzos.

Por Aideé Díaz, Master Coach grado Experto TISOC.

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