Por Dionisio Contreras Casado
Al alcoholismo es un problema psicológico que, con respecto a su aparición y al curso de desarrollo en una comunidad, el alcoholismo es un fenómeno social.
Somos parte de una cultura “etílica” que ha tenido en el consumo de alcohol una constante. El alcohol es el protagonista de nuestras celebraciones, de nuestros festejos, de nuestro folcklore, y también preside nuestros negocios y nuestro trabajo, siendo la droga más tolerada, de tal manera que es muy difícil encontrar un aspecto de nuestra sociedad en el que no tenga presencia la ingesta de alcohol, ya que este, está totalmente instalado en nuestros estilos de vida, y siempre está implicado en ella, de una forma u otra.
Que sea la droga más consumida de todo el planeta, hace que no distinga clases sociales, continentes, culturas o nivel de desarrollo. España se encuentra en los primeros puestos de consumo, cuyos modos, y oferta de variedad de bebidas, es increíblemente diversa, y está constantemente promocionada por el cine o la televisión.
Es complejo acercarse al fenómeno del consumo de alcohol, ya que al ser multicausal, el abordaje ha de ser multimetodológico. A este respecto, John C. Glidewell (1977) decía:
«En sus combinaciones directas con los fluidos y los tejidos del cuerpo, la absorción del alcohol constituye un fenómeno químico. En lo que se refiere al resultado de sus combinaciones, el alcohol es un fenómeno biológico. En relación con la interacción de las necesidades de la personalidad individual, el alcoholismo es un problema psicológico. Con respecto a su aparición y al curso de desarrollo en una comunidad, el alcoholismo es un fenómeno social«
En definitiva, un fenómeno poliédrico que tiene más propuestas de abordaje terapéutico que cualquier otra “enfermedad”, pero también menos exitosas.
Si nos centramos en ámbito laboral, la relevancia que tiene el alcohol es muy importante y, aunque no suficientemente estudiada, en un primer momento puede llegar a ser alarmante. No obstante, se trata de una realidad soterrada y latente, que subyace a numerosos accidentes laborales de graves consecuencias, y deriva en estragos dramáticos tanto para el trabajador como para la propia organización.
El alcoholismo es causa y efecto de la inadaptación laboral, es a la vez, factor y síntoma. Si analizamos el alcoholismo como efecto de dicha inadaptación, rápidamente convendremos en los aspectos laborales que pueden devenir en un problema de consumo excesivo de alcohol, todo ello en interacción constante con las características individuales del trabajador van a posibilitar o prevenir un consumo abusivo de alcohol. Es decir el consumo de alcohol, en el ámbito laboral, es el resultado de la interacción de factores personales, del puesto de trabajo y de la organización de la empresa.
En las Jornadas “Droga, alcohol y trabajo, una perspectiva desde la seguridad y la salud laboral”, celebradas en Barcelona en Mayo de 2007, Gabriel Rubio, coordinador del programa de Alcoholismo de los Servicios de Salud Mental del distrito de Retiro (Madrid), describió el perfil del alcohólico en el entorno laboral como: varón, de 25 a 40, empleado de los sectores de la hostelería, la construcción o el transporte. En dichas Jornadas se concluyó que uno de cada tres accidentes laborales graves está relacionado con el consumo de alcohol y drogas.
El Secretario General de Sanidad (Ministerio de Sanidad y Consumo) se comprometió a realizar una Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas en el Ámbito Laboral cada dos años, formando parte de la realizada a la población general, en la que se estudiará el impacto del consumo de drogas en los accidentes laborales.
Cuando el alcohol genera problemas, la actitud que nos lleva a consumir alcohol es el problema, y en este sentido es preciso contar con el apoyo de sindicatos y las direcciones de las empresas para implantar programas de prevención y tratamiento del alcoholismo en las mismas.
El autor es educador Social. Experto en Drogodependencias. Formador de Inteligencia Emocional.