Extracto:“Buscar la mejor versión de uno mismo y de los demás. Escuchar y disfrutar haciéndolo, sabiendo que puedes entrar en conexión con la otra persona, con lo que dice, siente y desea. Indagar, explorar, preguntar y, al hacerlo, fluir de una forma especial donde el respeto por el otro es esencial. Donde la pregunta siempre tiene un para qué, pudiéndose convertir en el pasaporte para una realidad todavía inexplorada.  Acompañar, pero nunca por delante de nuestro cliente, pretendiendo marcar las huellas de los pasos que debe dar. Tampoco por detrás, forzándole a un avance que solo será efectivo si él decide darlo.

Sí, acompañar al lado, pero no para marcar el paso, ni el ritmo, ni el sendero a recorrer. Solo acompañar, con el máximo respeto, asertividad, claridad y empatía por el cliente. Estando a su lado, a veces en silencio, a veces percibiendo su angustia o sus lágrimas y en ocasiones riendo junto a él. A su lado, no por lo que es sino por lo que puede llegar a ser. A su lado, pero siempre en un segundo plano, acallando el ego y la vanidad, para que el brillo, el auténtico brillo emerja del cliente -al que llamamos Coachee-, cuando consiga sus objetivos. Sí, eso es Coaching y eso es lo que hace un Coach… Para conocer lo que no es, ni somos, te dejamos estas páginas.