POR PEDRO PALAO PONS, MASTER COACH GRADO EXPERTO – PRESIDENTE DE TISOC
Detente y si puedes, siéntate.
Piensa en los pasos dados en este año, mes o tiempo que tu quieras.
¿Tus pasos te llevaban al lugar al que querías ir?
¿Te condujeron por caminos certeros marcados por tu voluntad o te hicieron andar errático sin saber muy bien para qué?
¿Recorriste tu sendero o seguiste el de otros?
¿Qué aprendizaje obtienes de todo eso?
Piensa en tu boca y presiona tus labios.
¿Alguna vez callaste cuando en realidad querías hablar? Y de ser así, ¿dónde quedaron las palabras no pronunciadas?
Aquello que dijiste, ¿salía de tu bilis, de tu cerebro o de tu corazón?
¿Qué aprendizaje obtienes de todo eso?
Cierra los ojos por un momento y siente la presión de los párpados. Abre los ojos.
Y en este tiempo pasado, ¿qué has visto? ¿lo que veías, lo que creías ver o lo que querías ver? ¿Veías lo que tú mirabas o lo que otros te mostraban?
¿Qué aprendizaje obtienes de todo eso?
Cierra tus manos y aprieta tus puños tomando conciencia de ellas, luego ábrelas relajadamente y míralas.
¿Qué acciones has realizado? ¿Fueron sostenibles, es decir, te dieron más beneficio que perjuicio? ¿Fueron respetuosas, es decir, permitieron tu avance sin el retroceso de otros? ¿Sumaron en tu vida o restaron?
¿Qué aprendizaje obtienes de todo eso?
Y por último, toma aire, el máximo que puedas. Retenlo en tu interior unos segundos y luego déjalo ir suavemente.
¿En algún momento una situación te ahogó? ¿Cuándo respiraste tranquilo? ¿Cuándo te faltó el aire? ¿Hubo ambientes, personas o episodios irrespirables?
¿Qué aprendizaje obtienes de todo eso?
Gracias por tu pausa, gracias por tu tiempo. Feliz día.