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Por Dr. Gilbert Aubert

Para saber cómo liderar, todo empieza en el interior de la persona, aplicando los principios del auto-liderazgo. Luego logra liderar sin títulos, creando valor a la gente y los equipos que conduce. Más tarde lidera la organización dando prioridad a los valores, a la cultura y a la estrategia.

La velocidad del cambio nunca ha sido tan intensa como la que hemos experimentado durante los últimos tiempos, tanto que hacer negocios hoy en día ya no es como antes. Todo tipo de organizaciones están haciendo cambios drásticos en sus modelos de operación, en sus procesos e infraestructura, centrándose más en lo que realmente crea valor para sus clientes.

De ahí que la mayoría de las compañías reconoce que sus cuadros ejecutivos tienen que ser más robustos, de hecho, esto es visto como su principal desafío a medida que avanzan. Como los gerentes sin liderazgo son hoy el mayor problema de las empresas, el desarrollo del liderazgo se ha convertido en importancia vital. Aprender a liderar es un proceso que no se acaba nunca, es una habilidad a desarrollar permanentemente.

¿Cómo liderar? Lo primero es Fluir

El liderazgo se inicia liderando desde el ser, aprendiendo a fluir como persona, liderándose a uno mismo, yo conmigo mismo, es la auto gestión. El liderazgo es un flujo que surge de la persona, es un flujo de proactividad. Fluir es la capacidad de saber guiar la propia vida, de mejorarla y enriquecerla, es saber lo que realmente queremos, sin trabas.

¿Qué quiero realmente para mí? ¿Qué quiero ser? Es aclarar lo que nos motiva, nuestras expectativas, nuestras intenciones.
Es aclarar por qué hacemos lo que hacemos. ¿Por qué hacemos una cosa y no otra? Establecer un porqué nos ayuda a dar un significado a nuestros actos. Es el hombre en busca de significado. Más que reflexionar sobre el sentido de la vida es darle un sentido a la vida. Es aprender a ejercer la voluntad de seguir una determinada dirección y auto motivarnos para seguirla.

El líder que fluye es aquel que se prepara toda su vida para auto liderarse, es aquel que tiene la capacidad de verse a sí mismo, es el que irradia calidad humana.

El líder debe aprender a fluir como el agua, sin bloqueos ni barreras, responde, actúa sin quejarse. Está centrado, tiene equilibrio aun en medio de la acción, se siente firme, tiene los pies sobre la tierra.

  • ¿Se ve usted mismo como líder, qué ve?
  • ¿Es hora de cambiar, está listo para ser un líder diferente?
  • ¿Está listo para empezar a fluir?

El segundo para liderar es Influir

Liderazgo no es una cuestión de personalidad, posesiones o carisma, sino de lo que cada quien es como persona. Si el líder fluye domina su propia autenticidad, es un ejemplo para otros, y si puede fluir está listo para empezar a influir.

El objetivo del líder a la hora de influir, es ayudar a construir a las personas y equipos con los que interactúa. Influenciar sus mentes y sus corazones, para que amplíen su visión y sus posibilidades, y así motivarlos a realizar cambios permanentes. El líder que influye está muy centrado en optimizar el crecimiento de sus equipos y el rendimiento de las personas que los conforman, en inspirar grandeza en las personas que lidera y encender el alma de todos. Es liderar sin títulos.

Al influir logra que los integrantes se encuentren motivados, se apasionen por los resultados y mantengan valores congruentes. Al influir es capaz de desarrollar las capacidades de los miembros del equipo para resolver problemas y tomar decisiones. Al influir lo que hace es desarrollar en su gente el talento, el deseo y la capacidad para hacer bien el trabajo. Le da la bienvenida a ideas que no son las suyas, está abierto a lo que otros tienen que decir sin ponerse a la defensiva, facilita las cosas para que otros puedan compartir sus ideas, incluso si esas ideas están en conflicto con las suyas. Influir significa facultar a las personas en todos los niveles y darles la oportunidad de promover agilidad, creatividad y proactividad. Influir es habilitar a todos los integrantes de los equipos para que prueben nuevas ideas en lugar de esperar a que les bajen las soluciones y decisiones a través de las diferentes jerarquías, es enseñarles a ser interdependientes. El líder que influye construye un ambiente de confianza entre su gente, crea equipos donde hay comunicación, un claro entendimiento de los objetivos a lograr y la participación de cada miembro tratando de aprovechar al máximo sus fortalezas, de tal manera que trabajen de forma más eficiente juntos que solos. El líder que influye crea y mantiene espacios de diálogo y de consenso, que fomenten la creatividad y el intercambio de ideas, es arquitectura humana. Influir es construir líderes, es apoyar los equipos, desarrollar las herramientas y los recursos que necesitan para realizar lo mejor posible su trabajo.

  • ¿Es usted un líder que influye, está usted sirviendo a su equipo?
  • ¿Cómo cree que lo calificaría su equipo?
  • ¿Con qué frecuencia se sienta usted con cada uno de los miembros de su equipo y les pregunta cómo les puede ayudar a ser más eficaces y estar más satisfechos en su trabajo?

El último paso es Confluir

El liderazgo del siglo XXI se caracteriza por venir desde el ser, y si el líder puede fluir, entonces estará listo para empezar a influir en sus equipos, a liderar sin títulos. Y cuando el líder fluye e influye, está listo para empezar a confluir con su organización. Confluir es juntar en un mismo punto a varias personas, que varias personas concurran, participen en un determinado hecho. Así es como la organización se convierte en ese lugar donde confluyen las ideas y los proyectos, y concurren los líderes con sus equipos para formar un todo y coincidir en un mismo fin. El encuentro con el otro, con el equipo, produce vínculos y por medio del lenguaje se entretejen los acontecimientos, las situaciones, las cosas, los ambientes y los proyectos.

Las relaciones que se establecer en la organización son fundamentales, y cuando estos encuentros se dan entre seres humanos que confluyen con la organización, se produce la aparición de un campo de resonancia sinérgico, en donde se multiplican las posibilidades de cada uno de los interlocutores: líderes, equipos y organización. En estas condiciones el intercambio confluye en eficaces sistemas de gestión. Para tener éxito en estos momentos en que la economía es «diferente», los líderes de negocios y sus equipos deben aprender a confluir. Al confluir reinventarán los sistemas de gestión, optimizarán los procesos, cambiarán su cultura, su estrategia y lograrán resultados.

A propósito, ¿De líderes como Steve Jobs que se puede aprender acerca de fluir, influir y confluir?

  • FLUIR es no tener bloqueos ni barreras, la conducción de sí mismo, el poder de decidir y actuar, es autoliderarse.
  • INFLUIR es construir equipos, liderar sin títulos, inspirar grandeza en las personas que lidera.
  • CONFLUIR es liderar la organización dando prioridad a los valores, la cultura y la estrategia, gestionar procesos organizacionales.
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