Por Miguel J. Roldán / Coach Presidente de TISOC

Las creencias limitantes en coaching.

Si cambiamos nuestras creencias podemos alcanzar nuestro mejor rendimiento

1. Sobre el Lobo Feroz
2. ¿De dónde provienen las creencias y cómo se forman?
3. Una voz en tu cabeza
4. El rendimiento pasado versus el potencial futuro
5. Puntos clave de aprendizaje
6. El impacto de las creencias sobre el rendimiento personal
7. El impacto de las creencias sobre el coach y el cliente
8. Desafiando las creencias limitantes o falsas
9. Un caso típico
10. Confianza interior: un ejercicio para encontrar los “Lobos Feroces” y cambiarlos

1. Sobre el Lobo Feroz

Quién no conoce el “Cuento de Caperucita” donde el otro protagonista es el lobo. O quien no ha visto una película sobre el Hombre-Lobo. O quien no recuerda el “Cuento del Pastor y el Lobo” que acabo comiéndose las ovejitas.

La novela “El Hombre Lobo de París” (1933) de Guy Endore alcanzó el grado de clásico.

La primera película que mostró a un hombre lobo antropomórfico fue “Werewolf in London” en 1935 y estableció el canon de que el hombre lobo siempre mataba lo que más amaba. El hombre lobo de esta película era un elegante científico londinense que mantenía su estilo y muchas de sus características humanas después de su transformación.

Es un animal bellísimo que esta protegido en muchos países por miedo a su extinción.

Los cerebros de los lobos están bastante desarrollados comparados con el resto de animales, por lo que suelen ser más inteligentes. Son agresivos. Y a pesar de ser agresivos, son fieles, a tal punto de dar la vida por ti. Es altamente vengativo. Cuando toma venganza, le gusta que sufras. Puede dejarte vivo, pero con una herida de muerte para que sufras una lenta y dolorosa agonía.

Así son las creencias limitantes, como los “Lobos Feroces”:

  • Son fieles y te acompañan hasta dar la vida por ti. Solo puedes libertarte de ellas hasta que decides cerrar el ciclo.
  • Son agresivas, porque te limitan en tus acciones, comportamientos y rendimientos. Mata lo que mas ama.
  • Son vengativas. Les gusta que sufras.
  • Son inteligentes. No te das cuenta que las vas incorporando y te van limitando hasta bloquearte en muchas cosas.

No es extraño que este bello animal haya sido recursivo en el cine, la literatura, y hasta los cuentos para representar la fuerza del mal.

Escucha aquí el aullido del lobo (necesitas Quicktime).

2. ¿De dónde provienen las creencias y cómo se forman?

Las creencias son ideas o generalizaciones que hacemos acerca del mundo, sobre la base de nuestras experiencias. Ellas son parte de nuestra programación personal (nuestro sistema operativo): las cosas que hemos aceptado de nuestro significado sobre los otros, y los acontecimientos generales en nuestras vidas. Las creencias son juicios y evaluaciones que hacemos sobre nosotros mismos y los demás, y que determinan nuestras motivaciones, sentimientos y acciones. También determinan nuestro éxito en la vida.

El sistema de activación reticular en el cerebro actúa como un filtro para la información que llega, y hace esto de una manera que es consistente con nuestras creencias y objetivos. Si tienes la creencia, basada en una experiencia particular sobre que eres malo haciendo presentaciones, inevitablemente lo harás mal porque estarás como bloqueado. Esto continuara siendo una creencia limitante, nacida de
tus experiencias de referencia, hasta que el ciclo se rompa.

Cambiar las creencias es el iniciador del cambio de conducta y de un mejor rendimiento. La buena noticia para coaches y clientes es que hay algunas maneras sencillas y eficaces para romper el ciclo. En primer lugar, echemos un vistazo sobre como las creencias limitantes tienen un importante impacto en nuestras vidas.

3. Una voz en tu cabeza

¿Alguna vez te has escuchado a ti mismo teniendo una conversación en tu cabeza?

No sólo manifestamos nuestras limitaciones y falsas creencias, también a menudo oímos una voz destructiva en el interior de nuestra cabeza. Como coach también puedes ayudar a los clientes a lidiar con esto.

Una parte clave de cualquier relación de coaching es ayudar al cliente a convertirse en autosuficiente. Si no lo hacemos así, el coach se convierte en un apoyo permanente, en el que el cliente se siente dependiente.

Imagina por un momento que vas a dar una presentación. La percepción errónea de cómo esto podría resultar daría lugar a un dialogo interno que dice algo como esto:

“Yo no podría empezar correctamente…, ¿Qué hago si mis palabras se atragantan? ¿Qué pasa si pierdo la fluidez? Siempre me pongo nervioso… Y si me olvido del mensaje clave y hago el ridículo… Tal vez el público no estará interesado en lo que tengo que decir… Yo no soy tan bueno como los otros presentadores. Nunca seré capaz de presentar con facilidad. …. No soy experto suficiente en mi tema…”

Es fácil reconocer el etiquetado, las generalizaciones y la negatividad de este dialogo interno, y ​todas las posibilidades están siendo cerradas, simplemente por lo que te estás diciendo a ti mismo.

Parece extraño, pero hacemos este tipo de cosas todo el tiempo en circunstancias diferentes. Si bien no siempre se puede cambiar la situación externa, podemos cambiar nuestra respuesta interna a la misma. Imagínate ahora que vas a dar la misma presentación. En lugar de sentarte ahí creando una negativa representación en el interior de tu cabeza, podrías hacer esto:

“Tengo una buena introducción y conozco el contenido… Tengo clara la estructura y el flujo de mi presentación… Me siento con los nervios normales antes de presentar… El mensaje clave esta claro… La audiencia tiene interés en estos temas… Yo soy tan bueno como los demás presentadores…”

Alentar a los clientes a reconocer su diálogo interno negativo y ayudarles a sustituirlo por un diálogo interno positivo es una gran manera de ayudarles a ayudarse a sí mismos.

En su libro “El optimismo aprendido”, el Dr. Martin Seligman dice que “Cambiar las cosas destructivas por mas constructivas, que te dices a ti mismo cuando experimentas los reveses que da la vida es la competencia fundamental del optimismo”.

4. El rendimiento pasado versus el potencial futuro

Es fácil ver cómo nuestras experiencias del pasado influyen en nuestras creencias sobre nuestra propia actuación. Yo tengo mi propio ejemplo personal de esto.

Cuando niño en la escuela, tuve problemas con matemáticas y desarrolle la creencia limitante de que yo era malo en números. Esto fue reforzado a través de mis sentimientos negativos acerca de todo lo que tuviera que ver con los números. Mi comportamiento sirvió para reforzar mis creencias, evitaba cualquier tipo de trabajo donde tenia que sumar en mi cabeza, y por lo tanto, no pude crear oportunidades para mejorar mi propio rendimiento. Finalmente, desafié mis propios sentimientos y comencé a practicar con las hojas de calculo Excel intuitivamente (jamás he ido a un curso de informática u ofimática fuera de las materias universitarias) ¿Sabes una cosa? Mis sentimientos y comportamientos cambiaron. Desde 1992 he realizado consultoría en mas de 300 empresas antes de dedicarme al coaching, en las que hacia también consultoría financiera. Hago recomendaciones de flujos de caja, estados económicos, y materias relacionadas, he dado clases de estas materias en diferentes centros y manejo las hojas de calculo como usuario muy avanzado con formulas complejas.

Este es un ejemplo de cómo el rendimiento pasado no es  un indicador de potencial futuro.

Como coach, tu papel es el de ayudar al cliente a reconocer estas creencias limitantes El uso de la escucha y las buenas preguntas te ayudaran a hacer esto.

En mi opinión, el impacto y la importancia de las creencias en el coaching no puede ser exagerada. Es un aspecto mas, muy importante pero ante todo uno debe centrarse en el futuro y no en el pasado.

5. Puntos clave de aprendizaje

  • Las creencias tienen un impacto en nuestras actitudes, sentimientos, percepciones y comportamientos.
  • El rendimiento puede mejorarse cambiando las creencias limitantes interiores.
  • Los coaches tienen la necesidad de considerar el impacto de sus propias creencias sobre su trabajo para su desempeño y permanecer sin juzgar.
  • Los clientes tienen que ser conscientes de sus falsas creencias y limitaciones, y el coach tiene que aprender a desafiarlos.
  • El diálogo interno (“self-talk”) es un factor clave que puede limitar nuestras creencias o nos puede ayudar a progresar.
  • Todos los coaches se encontrarán trabajando con las creencias en algún momento en el proceso de coaching.

6. El impacto de las creencias sobre el rendimiento personal

Hay una historia maravillosa acerca de una Granjero australiano llamado Cliff Young.

Cada año Australia es anfitrión de una carrera de resistencia de 875 Kilómetros. Esta mega-carrera, de Melbourne a Sidney, es considerada el ultra-maratón más largo y duro del mundo. Es una carrera larga y difícil que dura cinco días en completarse y donde normalmente participan atletas de clase mundial especialmente entrenados para este evento. Patrocinados por grandes compañías deportivas como Nike, Reebok, Quiksilver, Adidas, etc…, estos atletas jóvenes vienen equipados con los más costosos accesorios y trajes deportivos.

En 1983, éste grupo de corredores recibió una gran sorpresa. El día de la carrera, se presentó un hombre llamado Cliff Young. Al comienzo, a nadie le importó, ya que pensaban que este personaje quijotesco vino a observar el evento. Su aspecto era insólito, sin dientes delanteros, de 61 años de edad, vistiendo el atuendo de un granjero y botas de trabajo.

Al acercarse Cliff a recoger su número, era obvio que tenía la intención de correr. Iba a unirse al grupo de 150 atletas de clase mundial y competir. Lo que no se imaginaban los otros corredores era que su único patrocinador era su madre de 81 años.

Todos se sorprendieron al ver a éste hombre de 61 años de edad alinearse con el grupo a la hora de la salida. Los reporteros comenzaron a hacerle preguntas.

“¿Quien es y que hace usted aquí?”
“Soy Cliff Young. Tengo un rancho ovejero en la afueras de Melbourne, y persigo ovejas”

“Cómo sabe usted que puede soportar ésta carrera?”
“Claro que puedo -respondió Cliff- Verán, crecí en una granja donde no podíamos costear caballos ni vehículos rústicos, así que, durante gran parte de mi vida, tuve que arrear las ovejas, teníamos 2.000 ovejas en 2.000 acres de terreno. A veces tenía que perseguir las ovejas por 2 o 3 días seguidos. Tomaba mucho tiempo, pero al final las alcanzaba. Por eso sé que puedo soportar ésta carrera, solo son dos días más. ¿Cinco días? He corrido ovejas por tres.”

Al comenzar el maratón, los profesionales dejaron atrás a Cliff. La multitud se reía por la forma peculiar de correr de Cliff. Toda Australia estuvo pendiente de éste granjero de 61 años de edad, rezando que alguien detuviese a éste viejo loco ya que creían que se moriría antes de terminar la carrera a Sydney. Todos los competidores sabían que la carrera duraría alrededor de 5 días, y que, para tener posibilidad de ganar, se debían correr 18 horas diarias y dormir 6. Lo que pasó fue que el Viejo Cliff no sabía esto.

Al segundo día de la carrera, los espectadores quedaron sorprendidos que Cliff todavía estaba activo en la carrera, había corrido 24 horas seguidas. Al llegar a la ciudad de Albury le comentó a los periodistas que su táctica era correr seguido durante toda la carrera. Siguió corriendo, acortando la brecha cada noche del grupo líder. Al amanecer del quinto día, Cliff Young era el primer corredor de la carrera. No sólo completó la carrera de Melbourne a Sydney a los 61 años, sino que rompió el record por 9 horas.

Instantáneamente se convirtió en un héroe nacional. Había terminado una carrera de 875 Kilómetros en 5 días. No sabía que debía descansar en la carrera, se imaginaba que corría ovejas en su rancho. Al recibir el premio de 10.000 Dólares Australianos dijo que no sabía que había un premio y que él no había competido por dinero. Otorgó 2.000 dólares a cinco corredores que el consideró que se habían esforzado más que él.

Este acto lo llevó a ser la persona más querida de toda Australia: el humilde granjero que enfrentó una proeza extraordinaria y se volvió una leyenda.

Cliff gano la carrera de larga distancia de Melbourne a Sydney a la edad de 61 años. ¿Qué había de especial en Cliff que no tenía formación ni experiencia en la disciplina atlética, ni usaba atuendos de última tecnología deportiva, y sin embargo, se las arregló para vencer?

Me parece que esta historia pone de relieve el impacto de las creencias en las actitudes, sentimientos, percepciones, comportamientos y en el rendimiento personal. Cliff no tenía las ideas preconcebidas acerca de la convenciones sobre el funcionamiento de este tipo de carreras y el tipo de perfil que se cree que se debería tener para ellas. Y esto le hizo ganar.

7. El impacto de las creencias sobre el coach y el cliente

En las situaciones de coaching, es importante reconocer que el coach trae con el sus propias creencias. Una de los las principales cualidades de un coach efectivo es la de suspender las creencias, prejuicios e ideas que puedan interferir en el proceso de coaching. Si eres coach vale la pena tomarse algún tiempo para reflexionar sobre tus propias creencias personales ya que estas afectan a tu capacidad para escuchar sin juicio.

Recuerda que tanto el coach como el cliente son susceptibles de dejarse llevar por sus saboteadores internos (“los lobos feroces”), y es por eso que los buenos coaches tienen sus propios coaches para apoyarles en su desarrollo profesional (Coaching de Supervisión)

Los clientes también traen su propio conjunto de creencias, suposiciones, prejuicios e ideas a la sesión de coaching. A menudo son sus creencias limitantes las que impiden que alcancen sus objetivos.

Aquí, el papel del coach es ayudar a desplazarlos de su “zona de confort”:

– En primer lugar, hazte una idea clara de lo que el éxito sería para el cliente, porque en caso contrario, no hay manera de medir lo que ha sido alcanzado.

– En segundo lugar, sugiérele como feedback que lo que creemos acerca de algo tiene un efecto en cómo vamos a lograrlo, sin que nosotros necesariamente seamos conscientes de ello.

Por ejemplo, si después de una presentación que no estaba a la altura que se pretendía, te dices a ti mismo que eres “inútil en las presentaciones” y te sientes muy mal sobre ti mismo y tu propio rendimiento, acabas creyendo simplemente que las presentaciones no son para ti. Alternativamente, puedes decirte a ti mismo, “Hoy no lo hice suficientemente bien porque me falto… pero la próxima vez lo hare de otra forma” y sentir que debes trabajar una o dos áreas donde que puedes mejorar. Puedes hacer compromisos para el desarrollo de estas áreas, sintiéndote seguro de que la próxima vez tu presentación será mucho mejor.

El proceso de coaching ayuda individuos a tomar conciencia que las creencias que mantienen son inútiles cuando son limitantes y útiles cuando son positivas.

8. Desafiando las creencias limitantes o falsas

El primer paso con un cliente que está limitado por sus falsas creencias es escucharlo, y esto puede producirse en tres niveles:

Nivel 1 – Escuchamos las palabras de la otra persona, pero nos enfocamos en lo que significan para nosotros. De esta manera estamos filtrando.

Nivel 2 – La atención esta centrada en el cliente pero solo en sus palabras.

Nivel 3 – La escucha es total y recoge el lenguaje corporal, la emoción, y el contexto, no solo las palabras.

Si nos fijamos en esta descripción, se puede ver que el nivel 1 de escucha es imponer nuestras propias creencias como coaches en lo que el cliente está diciendo. Como coaches, sólo podemos operar en los niveles 2 y 3 para ayudar a los clientes a acceder a sus limitaciones y falsa creencias, y especialmente en el 3.

Las creencias limitantes y falsas se expresan de muchas maneras diferentes. Aquí están algunas de ellas:

Etiquetado – situaciones que se indican como hechos tales como “Yo soy torpe” en lugar de “hay que hacer una cosa que necesita cierta destreza, pongámonos en ello”

Generalizaciones – tales como “Esto siempre me pasa a mí”

Centrarse en lo negativo – una tendencia a utilizar más bien declaraciones negativas que positivas, como “No lo dejes caer” en lugar de”Agárrate a ella con fuerza.”

Cerrar posibilidades – con ayuda defrases como “No puedo” y “Nunca sería capaz de hacerlo” Esto esuna señal de lo que se llama una “mentalidad de víctima”. El papel del coach es ayudar al coacheea reconocer y cambiar estaenfoque.

En mi experiencia, una vez que hayas percibido (y validado) una limitación o falsa creencia de tu cliente puedes pasar a una segunda etapa con preguntas efectivas y específicas.

Estas son algunas de las preguntas que he encontrado útiles:

¿Qué te detiene?
¿Qué normas puedes desafiar?
¿Qué pasaría si lo hicieras?
¿Qué pasaría si lo hicieras?
¿Quién te dice que no puedes?
¿Cómo podrías argumentarle?
¿Qué harías si tu vida/trabajo dependiera de la satisfactoria resolución de este problema?
¿Qué intentarías ahora si sabes que no puedes fallar?
¿Qué harías si eres la persona que tienes el potencial de ascender a la siguiente posición?
Ya sé que no puedes hacer esto concretamente porque no esta bajo tu control, pero ¿cómo lo harías si pudieras?

Responder a estas preguntas ayuda al cliente a reconocer que, en lugar de ser víctima, tiene opciones y que hay posibilidades de cambio.

9. Un caso típico

Cliente: No puedo realizar presentaciones; soy como soy y es demasiado tarde para cambiar ahora.

Coach: ¿Qué te lo impide?

Cliente: Me da vergüenza y mi voz se pone a temblar. Aunque sepa lo que tengo que decir me hago un lio con las palabras.

Coach: ¿Cómo llevas el tema preparado?

Cliente: El tema lo conozco perfectamente y tengo buenos materiales. Yo me preparo a fondo. Me gusta ser congruente y preciso.

Coach: Vale, reformulo entonces. Si que podrías hacer la presentación porque la llevas bien preparada y la conoces, sólo que tu dices que te sientes avergonzado y nervioso, has dicho tu que “tu voz tiembla”

Cliente: Sí, supongo que sí es eso.

Coach: ¿Cómo te sentirías haciendo la presentación si supieras que eres de esas personas que son capaces de presentar en publico?

Cliente: Que podría hacerlo sin problemas porque el tema lo conozco y lo preparo a fondo.

Coach: Bien, entonces si te parece podemos intentarlo. Trabajaremos en tu estilo corporal y tono de voz y usaremos algunas herramientas, como por ejemplo, yo seré tu publico y me hablaras a mí. Por cierto, ¿has visto la película “El Discurso del Rey”

Cliente: Si, me pareció magnifica.

Coach: Vamos entonces a hacer lo siguiente: como tarea hasta nuestra próxima sesión vuelve a ver la película, y tráeme una lista con las 6 cosas mas interesantes que te han llamado la atención. Y ahora voy a hacerte unas preguntas. La primera es: descríbeme en que parte de tu cuerpo sientes la vergüenza cuando sales a presentar.

… Y continúa el Coach la sesión.

Tan pronto como el cliente reconoce que para  dar solución a su asunto existen algunas alternativas posibles y que su creencia le esta limitando, eso abre la puerta a nuevas posibilidades de exploración.

10. Confianza interior: un ejercicio para encontrar los “Lobos Feroces” y cambiarlos

El objetivo de este ejercicio es que tu cliente se conozca mejor y que aprenda a identificar algunas de sus creencias limitantes para pasarlas a potenciadoras

Paso 1. Pídele a tu coachee que se relaje y despeje en los próximos minutos su mente. Que haga, por ejemplo, tres respiraciones profundas.

Paso 2. Dile que escriba en un papel las tres cosas que le gustaría cambiar, y que deje un espacio largo entre los diferentes ítems de la lista. Puede ser algo de su personalidad, sus competencias, su comportamiento, por ejemplo, ser más extrovertido. No incluir aquí cosas que tiene que hacer como estudiar ingles. Centrarse en aspectos internos de su personalidad o en sus comportamientos. Y que solo trabaje sobre aspectos que puede controlar el coachee. Que se olvide de lo que no puede controlar. Controlable es aquello que depende de un cambio en tu actitud o una acción por tu parte. No controlable es por ejemplo, tener más estatura.

Paso 3. Ahora, junto a cada entrada de la lista, el coachee apunta todo lo que podría hacer para cambiar ese aspecto de si mismo. Por ejemplo si ha puesto que una cosa que quiere cambiar es ser más extrovertido, puede poner estas soluciones:

Lo que quiero cambiar: Ser más extrovertido

Soluciones posibles:
No tener miedo de decir lo que pienso.
– No necesitar justificarme ante nadie.
– Atreverme a probar cosas nuevas.
Vivir el momento.

Paso 4. Una vez que el cliente ha tomado conciencia de lo que quiere cambiar y ha visto posibles alternativas, inicia una ronda de preguntas sobre cada una de ellas. Por ejemplo, en “No tener miedo de decir lo que pienso” puedes ayudarle con estas preguntas:

¿Por qué te da miedo decir lo que piensas?
– ¿En que parte de tu cuerpo se manifiesta ese miedo?
– Descríbeme exactamente lo que sientes.
– ¿Con quien se manifiesta ese miedo?
– ¿Con todos o con algunos? ¿Quiénes son exactamente?
– ¿Qué pasaría si no tuvieras miedo? ¿Qué harías?
– ¿Cómo te sentirías si no tuvieras miedo?
– ¿Cuáles son las cosas que te da miedo expresar: todas o algunas?
– ¿Cuáles exactamente?
– ¿Qué te pierdes teniendo miedo?
– ¿Qué beneficios te reportaría no tenerlo?
– Y así el coach puede continuar…

Por cierto, los lobos además de bellos, son altamente sociables (siempre viven en manada), son juguetones y divertidos, y a pesar de ser agresivos, son muy cariñosos. Así que es el momento de que el “Lobo Feroz” (creencias limitantes) se convierta en un “Lobo Majestuoso” (creencias potenciadoras)

El Lobo Ibérico (especie propia de España y Portugal) uno de los lobos de mayor belleza, esta en peligro de extinción. Si quieres protegerlo y conocer mas sobre el acude a esta pagina www.loboiberico.com.

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