Por Nora Biderman
¿Qué son los paradigmas?
Pensando en la respuesta recuerdo…
“Depende todo depende, del color con que se mire todo depende”
Escuchaste la canción? Es bonita.
Pero mas allá de la canción, si no escuchaste la música, seguro conocés la letra.
Porque a todos nos pasa, ( bueno por lo menos a mi ) en esto de las divergencias, que en aras de nuestras grandes verdades, o razones, vamos por la vida perdiendo relaciones.
Acaso existe una verdad única?
Si bien es tema de largas charlas filosóficas, donde podríamos aceptar que cada uno puede ver el mundo de diferente manera, en lo cotidiano, cuando sucede, tendemos a decir como son o como no son las cosas.
Como que sabemos bastante de teoría y muy poquito de práctica.
Entonces, nos creemos flexibles en el pensamiento, pero somos rígidos en nuestro comportamiento. (Por tanto la flexibilidad es puro cuento)
¿Por qué?
Por miedo de soltar creencias, que nos sostuvieron por mucho tiempo.
Creencias que cuando ya no nos sirven para nada, no nos sostienen, sino que nos tienen .
Las creencias: son los paradigmas.
¿Que son los paradigmas?
Hay un dicho que lo resume:
“En la vida no hay verdades ni mentiras todo depende del cristal con que se mira”
Si al nacer en nuestros ojos nos pusieran lentes del color azul, iríamos por la vida viendo todo azulado.
Yasí sucede, los lentes, son los paradigmas, juicios, creencias, verdades, razones, con los que filtramos la experiencia, dándole un sentido personal a lo que vamos viviendo o a lo que vamos viendo.
Ese proceso es la “subjetividad”.
Parece sencillo esto de ser subjetivo, pero a la hora de tener razón, nos consideramos objetivos y emitimos juicios personales creyendo que son verdades absolutas ( y entonces somos subjetivamente necios…porque no nos damos cuenta).
Y ahí se arman los líos, o mejor dicho, académicamente, los : “conflictos”
He aquí un cuentito sobre paradigmas para, como es mi estilo, ilustrar estas ideas, de tal manera que puedas darle a esta información, un propio sentido que te sea de utilidad.
Érase una vez…
«Una noche de fuerte tormenta en el mar.
El buque de la Armada, Libertador, navegaba por entre las altas olas a cargo de su capitán el Almirante Pedro Pérez, quien en el puente, se hacia cargo del timón, por el peligro que la nula visibilidad entrañaba en su navegación.
De pronto, el oficial de turno dijo:
Almirante!
¡Luces de navegación en nuestro rumbo!
«Comuníquese rápidamente y notifique peligro de colisión, indique a la nave que cambie el rumbo inmediatamente 30 grados a estribor” ordenó el Almirante
Si bien las descargas eléctricas demoraban la comunicación, se escucho la siguiente respuesta.
«Aquí el cabo Hornos, Almirante, yo le digo que gire usted!»
El almirante enardecido por la insolencia, le grita:
No sea inútil!!! Yo soy el almirante de la Armada. Lo voy a mandar a la cárcel por desobediencia!!! Le digo que cambie rumbo de inmediato.
Almirante…me mantendré en mi posición … Gire usted hágame caso!!!
Le repito…obedezca y gire UD!!! Soy el Almirante Pérez somos el buque insignia de la Armada…Obedezca!!
La respuesta fue:
Le repito Almirante, Gire Vd. Yo soy el Cabo de Hornos, Hornos es un Faro, por eso le digo por ultima vez…..gire gire gire UD que se me viene encima.
Entonces….El Almirante……cambio su rumbo.
¿Por qué?
Porque cambió su paradigma comprendiendo todo de manera diferente»
Nora Biderman
Counselor – Coach Ontológico